Las capitales imperiales: Praga, Viena, Bratislava y Budapest
La cercanía de las cuatro capitales del este de Europa hacen que sea un viaje fácil de trazar. Cuatro paises muy cercanos entre si hicieron que sus traslados fueran relativamente cortos, con algunos de poco más de una hora. Cuatro culturas muy diferentes a pocos kilómetros uno del otro recorriendo de norte a sur.
Saliendo desde Málaga, aterrizamos en Praga y con autobuses de menos de diez euros y algún que otro tren, fuimos bajando recorriendo las capitales de la República Checa, Eslovaquia, Austria y Hungría.
La cerveza, los antiguos imperios y sobre todo el pasado nazi, son la base de este viaje. Es curioso que cuando alguien quiere conocer de cerca lo ocurrido hace poco más de medio siglo con Hitler y la segundo guerra mundial, relaciona todo esto con Alemania, sin embargo, estas ciudades, al estar tan cerca, sus calles cuentan mucha historia sobre lo ocurrido.
El campo de concentración de Terezín, impactante
Terezín, una ciudad complemente amurallada, sirvió a los Nazis para agrupar a todos los judíos y gitanos de la época. A las afueras reside su campo de concentración, un lugar que traslada a las barbaries que acogieron esos muros.
Visitamos castillos, nos paremos frente a restos de muros de guetos judíos, nos bañamos en aguas termales, nos adentramos en la vida diaria de los Habsburgo, bebimos cerveza de bodega, entramos en una ópera y comimos todos los platos tradicionales de cada país.
Un viaje divertido, histórico y con traslados muy amenos, ¡muy recomendado!
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