M+M. Boda en iglesia de Santo Domingo, Restaurante Los Cortijos. El Puerto, Cádiz
La primera toma de contacto siempre suele ser online. Más tarde, concertamos una cita y se sientan frente a ti a su llegada a la oficina. Nos cuentan de como nos conocieron, de nuestro trabajo y como no, de su gran día, lo que tienen preparado y lo que tienen en el pensamiento.
Seguimos avanzando y las conversaciones coinciden en un mismo lugar, la fotografía. Sin saberlo, tenemos sentado delante nuestra a un compañero de profesión. El novio es un fotógrafo profesional y si, nos ha elegido.
Hacerle la boda a un compañero fotógrafo nunca es fácil
Hacerle un trabajo a un compañero de profesión nunca es fácil. No porque tengas que indicarle que bese a la novia y deje de mirar de donde viene la luz, sino porque habla tu mismo idioma y porque este trabajo es muy personal, nunca encontrarás alguien que haga exactamente lo que tu haces.
Pues allá que nos fuimos. Primero una preboda por los campos de girasoles, luego la boda entre Cádiz y El Puerto de Santa María y por último la postboda, recorriendo las encaladas calles de Vejer de la Frontera. La iglesia de Santo Domingo se vistió de gala para recibir a esta pareja y toda su familia. Cantes de los que te ponen la piel de gallina y un sorpresón a la salida al ritmo del 3×4 y mirando al cielo.
Luego, en el restaurante El Cortijo, a orillas del Guadalete, tuvo lugar un banquete lleno de agradecimientos, porque que mejor lugar que el día de tu boda para agradecer a todas esas personas que día a día, comparten tus vivencias o te hacen más fácil tu trabajo.
Tres días, tres intensas sesiones de las que os traemos un pequeño resumen. Chicos, mil gracias por vuestra confianza. Sois geniales y se merecéis todo lo mejor.
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