J + E. Boda en finca Matalahuva, Olvera
Nuestra provincia es especial. En Cádiz lo tenemos todo. Sol y nieve, campo y playas. Desde las vírgenes playas de Tarifa hasta la desembocadura del Guadalquivir junto al parque Natural de Doñana, desde la punta de la mismísima playa de la Caleta hasta la sierra de Olvera. De punta a punta, de lado a lado, siempre hay un rincón por descubrir.
Poco a poco, año a año, nuestro trabajo nos permite ir descubriendo lugares fantásticos, rincones llenos de sabor, paisajes de postales. Un lugar especial para el baile, un banquete al aire libre en un enclave mágico o la propia ceremonia en un entorno envidiable. Las parejas quieren convertir su gran día en una experiencia única para sus invitados.
Desde el día anterior en el bar ‘El Parque’ con las cervezas más frías
Todo comenzó la noche antes, los amigos de Juanan y Encarni se dieron cita en el bar del Parque. Unas tapas y varias jarras de cerveza para iniciar la aventura. Gente llana y divertida que nos hicieron pasar una buena velada y que sirvió para conocernos. Fue tan sólo unas horas más tarde cuando se dieron cita en casa del novio. Las horas que habían dormido cada uno de ellos, era directamente proporcional a la opacidad de sus gafas de sol (jijiji). Un cigarrillo con el novio y el primero de los manteos, porqué no.
A unas calles de él, comenzaban los preparativos de Encarni, con un vestido espectacular confeccionado en dos piezas de la firma Pronovias. Allí conocimos a Paquita, como la describiríamos, mmm…, es esa mujer que siempre querríamos tener en una boda. Simpática, divertida y constantemente a nuestra disposición, si no encontrábamos algo, allí estaba Paquita para traérnoslo, fue hasta nuestra taxista camino de la ceremonia, ¡gracias Paquita, eres grande!.
La finca Matalauva con unas vistas espectaculares acogió la ceremonia y posterior celebración
Una exquisita decoración, no faltaba ningún detalle. La finca Matalauva, enclavada en un entorno mágico, acogió una ceremonia que nos hizo vibrar. Lecturas de familiar y amigos desempolvaron el cajón de los ‘clinnex’ y nos dejaron ver más de una lágrima entre los presentes. Preciosas palabras de Encarni a Juanan y viceversa en unos votos de los que te erizan el vello.
Un paseo por los aledaños de la parroquia de la Encarnación de Olvera y vuelta a la finca. Un amor tan grande como el que procesa esta pareja, era más que motivo de celebración. Una comida exquisita y magníficamente presentada de la mano del catering Ángel Utrera. Turno para las sorpresas y agradecimientos que se fueron sucediendo durante toda la tarde noche. Buena fiesta para poner colofón a una boda de diez, la misma nota que le damos a vuestro trato chicos, inmejorable. Gracias por todo. Sed felices, ¡siempre!.
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